La última noche de Victor - Ros Jerónimo Tristante
- JERÓNIMO TRISTANTE
- PLAZA & JANES.
- Colección Exitos De Plaza & Janes.
- 448 páginas
- Rústica (tapa blanda).
- Novela negra. 2013.
- ISBN: 9788401354564
Una peligrosa asesina fugada. Un joven muerto en extrañas circunstancias. Una familia repleta de secretos. Un pasado oscuro y una traición. Por fin un caso que pondrá a prueba el talento del detective más carismático e inteligente del siglo XIX, Víctor Ros. Suiza, 1882. Bárbara Miranda, una psicópata custodiada por el Sello de Brandenburgo, escapa de su celda y desaparece. Oviedo, un año después. Ramón Férez, primogénito de un acaudalado industrial, aparece asesinado delante de la verja de acceso a la Casa Férez. Para desesperación de las fuerzas del orden de la ciudad, no dejan de aparecer sospechosos del asesinato del joven, y el juez encargado del sumario, Agustín Casamajó, incapaz de encontrar al verdadero culpable, decide llamar a su gran amigo y famoso detective, Víctor Ros. Pero el caso no será fácil para él: tendrá que evitar las trampas que le colocarán en su camino las personas que menos espera, y se encontrará con un amor del pasado al que traicionó en su juventud. Víctor Ros, con la ayuda de su hijo adoptivo y de su perspicaz esposa, ¿encontrará al culpable y evitará más muertes? ¿Podrá salir airoso del caso más peligroso de su vida? O por el contrario, ¿seremos testigos de su última noche?
Soy
de las piensa en el gran paralelismo que existe entre la lectura y la gastronomía. Me gusta la comida refinada y
sofisticada, jugar a hacer experimentos y mezclar sabores y texturas. Pero cuando
me entra la ansiedad, cuando tengo un pico de desesperante gula, lo
que más me calma y busco con desesperación,
es un buen bocadillo de tortilla de patata o embutido, según el día, un cocido bien
condimentado.
En literatura no me gustan las sorpresas y
espero encontrar lo busco. Así que con mucha frecuencia últimamente, me
enfrento ante lo último presentado como
una renovación de un género literario, el escritor que va a aportar savia
nueva a lo ya trillado, y suelo
abandonarlo apenas leídas una docena de
páginas, porque me siento estafada. Y a la
novela de intriga, ( que es para mí ese
bocata de chorizo que consumo con la gula de quien lleva sin comer con sustancia
un par de meses de dieta de verdurita
y plancha saludable), pido sobre todo
coherencia en el argumento y sinceridad al escritor. Luego hay otros elementos de la tramoya de novelista
que ayudan a una lectura intensa y hacen leerla de tirón. Porque una novela de misterio, hay que leerla
de tirón, sin aplazar las pistas ni dejar que se enfríen los cadáveres que
aderezan la trama.
Eso es
lo que encuentro en la saga de Víctor
Ros.
Creo que he leído todo lo que ha escrito
Jerónimo Tristante, conozco su estilo. Me gusta encontrar las miguitas de pan
que deja en el camino y me decepcionaría que no estuvieran allí:
feroz intolerancia a la misma intolerancia, su
rebeldía ante la corrupción, su empatía con los desfavorecidos y los
prejuicios y su enorme amor por la literatura, que reivindica constantemente. En todas
sus novelas, y en particular en las Víctor Ros, nos encontramos homenajes
a los grandes del folletín, porque para Jerónimo la literatura que le
gusta, es la que divierte, sobre todo la literatura que le divierte escribir, y
eso trasciende al lector porque dota de una honestidad a sus historias
que encandilan. Sus protagonistas caminan por sendas retorcidas en mil giros, en sus tramas
enrevesadas no quedan lagunas y terminan bien cerradas y eso es también lo que
espero, aunque la puerta quede abierta para el futuro.
En La última noche de Víctor Ros, sabemos quién es el malvado desde el
principio, pero es que lo importante no
es él quien, lo importante es el cómo. El hilo que tira de nosotros, es como su
“Moriarty” le plantea el reto y se
esconde disfrazándose esquivo a su mirada, como se enfrenta a una sociedad
cerrada, provinciana y convulsa, para hacer, de nuevo una vez más, brillar la
verdad y frente a los prejuicios y la injusticia, plantar cara. El protagonista se encarará también
a un pasado, que le trae remordimientos,
apoyado por los suyos: aquel niño de la calle que se ha convertido en su
yo adolescente, con la traición, pero también
con el amor y la amistad incondicional. Y con la literatura. ¿Cómo puede un
escritor ser tal sin leer a los clásicos?,
¿Cómo pueden sus libros encandilar si el
escritor es incapaz de amar el mismo con
pasión a sus maestros literarios? No puedo evitar relamerme de gusto al tropezarme con los cameos que ha
introducido en la trama.
Encontrarse con los mismos esquemas,
siempre renovados, es lo que espero
cuando leo a mis autores de intriga,
recuperar los matices que me
gustan de ellos, los personajes conocidos, y los escenarios habituales. Porque gran parte de la atracción que este tipo literatura ejerce sobre nosotros está mediatizada por estos detalles, y a mí, personalmente, me molesta que me escatimen los reencuentros. Se lo que
quiero y sé lo que busco. Sin embargo
los giros y la aventura, las complicaciones son diferentes, y están ahí para
enganchar al lector sin dejarle respirar
a la espera de una nueva pista inesperada y sorprendente que , como una pieza de
puzle que se esconde, aparece en el momento justo para dar sentido al tapiz de
la aventura.
Todo esto
se cumple con creces y me ha
hecho no dejar el libro hasta que lo he acabado. Espero más entregas de mi querido detective.
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