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Mostrando entradas de julio, 2011

Un día que me esperaba a mí mismo - Miguel Ángel Ortiz Albero

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Un día,  allá por  enero de 1915 un sargento de artillería conoció en un vagón de   tren,  en un viaje de Niza a Nîmes, a una hermosa mujer: Un flechazo, que no sería más que una anécdota cualquiera si  ese soldado no fuera Guillaume Apollinaire, y ella Madeleine Pagès, su musa durante los duros años de una guerra que acabo por matarlo. Miguel Ángel ha construido la historia de ese amor   en una suerte collage melancólico y evocador.  Con  la voz del narrador   va  pintando con palabras esos días oscuros, de belleza tétrica y olor a muerte,  con la mirada siempre vuelta a  la mujer amada, al cuerpo deseado, al  alma compartida. "Grito Guillaume el nombre de ella, a primera hora de la mañana, y el eco de las trincheras le contestó que ella lo amaba a él" Guillaume Apollinaire era ya una figura reconocida y popular. Desfilan  en la narración muchos de intelectuales de primera fila citados como de pasada, sobre todo en la descripción de esos objetos-fetiche que